UNA RETIRADA A TIEMPO ES UNA GRAN VICTORIA

EL BULLI CERRARÁ DOS AÑOS:





Como supongo que todos conocen de sobra la noticia no voy a insistir sobre ella. EL BULLI cerrará dos años, en 2012 y 2013. Eso es lo básico. A partir de ahí, permítanme una reflexión. En primer lugar, Adriá no ha anunciado lo que muchos esperaban: su retirada definitiva. Los agoreros deberán esperar al menos hasta 2020, que es el plazo que se ha dado el cocinero de Rosas con la aquiescencia (siempre silencioso, siempre a su lado) de Juli Soler. Adriá tiene 47 años y espera estar diez más, al menos al pie del cañón: estamos a mitad del camino, ha dicho. Con el paréntesis, eso sí, de esos dos años “sabáticos”, que como ha dicho no serán para tumbarse bajo una palmera sino para seguir trabajando y reflexionando. De hecho, el Taller de El Bulli no se cerrará en esos 24 meses.
“El formato actual de EL BULLI se ha acabado”. Esa ha sido para mí la frase más importante de la rueda de prensa. Ferrán y su equipo se ven aún capaces de aportar mucho, pero no en ese formato. Por eso, cuando reabran al público en 2014, las cosas no serán iguales. Aún no se sabe cómo, pero diferentes.

La tentación de retirarse ha sido fuerte. Pero considera que tiene un compromiso moral con mucha gente y no podía fallarles. Ha pedido eso sí, tiempo. Tiempo para ellos y tiempo para sus familias después de diez años muy duros de trabajo. Quieren normalizar sus vidas, aunque sigan dedicándole mucho tiempo a la cocina. Y a la creatividad, que para él sigue siendo su reto más importante: ¿se puede ir aún más allá en la cocina? Si se cumplen los plazos nos quedan dos años para disfrutar de El Bulli actual. Y luego 2014 puede ser un año apasionante en lo gastronómico, porque de Ferrán se puede esperar todo.

Pero es que además, Adriá no sólo es el mejor cocinero del mundo. También es un tipo muy listo. La elección de Madrid Fusión como escenario para anunciar el cierre temporal de El Bulli no es casualidad. Él ha sido el principal impulsor de los congresos gastronómicos que proliferan en España en los últimos años. Sin su firme apoyo no hubieran sido posibles. Incluso ayer mismo, en su ponencia anterior a la rueda de prensa, los defendió con firmeza frente a algunos ataques y críticas al modelo. Por eso ha querido que sea un congreso el escenario donde comunicar una decisión con repercusión internacional. La verdad es que ha sido una suerte para los organizadores, porque este Madrid Fusión, desde el punto de vista gastronómico, ha entrado en barrena. Si ya el año pasado mostraba síntomas evidentes de agotamiento, lo de este año es aún peor. Ponencias intrascendentes, muchas fotos en el escenario que sólo interesan a políticos (ahí estaba, imperturbable, el alcalde de Madrid, el mismo que pone todas las pegas a los restaurantes madrileños) y a patrocinadores, y alguna mesa redonda de críticos internacionales convertida en una torre de babel imposible de seguir y sin interés ninguno para el público. Pese al empeño del moderador de que los periodistas internacionales pusieran verde a la guía Michelin, cosa que naturalmente no hizo ninguno. O pese a la andanada que otro crítico español lanzó contra los periodistas con agencias de comunicación sin que nadie se diera por aludido.

Mucha desorganización (lamentable el momento en que uno de los organizadores, sin saber nada de nada, desalojó a Juli Soler y a su hijo del lugar donde estaban sentados para que lo ocuparan unos desconocidos), incluidas largas colas para las acreditaciones. Ayer se salvó la ponencia del propio Adriá, y me dicen, aunque no la pude ver, que la de David Muñoz a primerísima hora. Los congresistas, que han pagado sus 400 euros (menos que otros años, eso sí), ya empiezan a quejarse por los pasillos. Lo que sí funciona es lo mediático, el espectáculo que rodea todo. Pero eso no es gastronomía.

Volviendo a Ferrán Adriá, para él la cocina lo es todo, no sabe vivir sin ella. Y además, hoy por hoy, no tiene reemplazo. La prueba está en el despliegue mediático que provocó su rueda de prensa, con telediarios en directo y cerca de 200 periodistas ¿Qué le interesaba a la mayoría de la gente, la gastronomía o la figura de Adriá? Sospecho que más bien lo segundo.



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